Bueno, he mentido en todo. No importa. Dentro de poco este blog será visitado por Shakira, por Roger Federer, por Martín Kohan, por Martin y Charlie Sheen. Ya falta poco. La megalomanía es el reverso de la paranoia y la paranoia es el último reducto del romanticismo. Por supuesto todo es el último reducto del romanticismo, de las vanguardias a Julio Iglesias, del matrimonio igualitario a Lost. A lo que voy es que la paranoia es el último refugio del romanticismo todavía respetado por los intelectuales, romaticismo con chapa, digamos. ¿Por qué? Porque la paranoia monta un mecanismo que de vuelta pone al sujeto en el centro del universo. Ptolomeísmo puro. ¿Sirve? ¿No sirve? No tengo la más puta idea. Bueno, estoy de paso pero sólo quería hacer un acto de presencia. Me voy antes de que me vean y me sigan.
sábado, 14 de mayo de 2011
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