lunes, 20 de septiembre de 2010

DEFENSA DEL CONSUMIDOR

La podredumbre dorada advierte a sus visitantes que la última novela de Piglia, Blanco Nocturno, pese a ser comercialmente promocionada como un policial, en realidad es una alegoría o fábula moral encubierta, en la que los malos tienen hasta la desdicha de ser feos (¿una reivindicación de Lombroso, tal vez?) Quedan todos ustedes advertidos. Y Ricardo, todo bien, pero como dicen en la península ibérica, el que avisa no es traidor. La próxima avivanos a tiempo.

8 comentarios:

Estrella dijo...

Hoy lo tuve entre las manos; lo di vueltas,lo espié, lo hojée... y lo dejé. Y eso que me gustaron sus otros libros. ¿Qué hago? :)

La podredumbre dorada dijo...

No, Estrella, no lo hagas! No soy un devoto de Piglia pero te puedo decir que esta novela está a años luz de Respiración Artificial, o incluso de Plata Quemada. Verdaderamente, creo que no hay una sola página convincente, y salvo alguna que otra descripción del modus vivendi de un pueblo bonaerense, y algún destello ocasional de teoría (como la cuestión de la ficcion paranoica, de hecho aplicable a cualquier otra novela, no a ésta) sin exagerar se puede decir que sobra todo. Increíble que un lector tan sofisticado como Piglia después de leerse a sí mismo tenga tanta dosis de autoindulgencia, o tanta desesperación por publicar, no sé. Si te querés sacar la duda, yo que vos espero a que algún amigo caiga en la trampa y después se lo pido prestado. Saludos!

el Lord dijo...

Don Necro, afirma usted que sin exagerar se puede decir que sobra todo [en esta novela de
Piglia]. ¿Seré culpable de exageración si agrego que,
a mi juicio, la obra de Piglia sobra toda ella?

Un abrazo.

La podredumbre dorada dijo...

Lord, su inquietud es válida y está simpática (y aviesamente) expresada, pero, como ya dije más arriba, sin oficiar de monaguillo en los altares piglianos, creo que Respiración artificial es una buena novela, y Plata quemada un negocio seguro pero respetable y bien llevado a cabo (más allá de los escándalos extra-literarios) La ciudad ausente sobra, sin duda y los cuentos son desparejos, pero hay algunos que me parecen buenos. Creo que Piglia (como a mi juicio Viñas) se luce mucho más en la escritura en su papel de crítico. Pero con algo hay que parar la olla, qué le vamos a hacer, sobre todo cuando el nombre ya es una marca bien instalada en el mercado y sólo es cuestión de sentarse a aporrear el teclado un rato por día. Le dejo un abrazo detectivesco!

mulder dijo...

Necro. Alrededor de la página 60 anoté esto en un margen: entre las cosas de un portorriqueño aparece una foto de Albizu Campos; entre las de un japonés, un retato de Hiroito: en treinta páginas llega un mexicano con una imagen de Zapata y le tiro el libro a la perra. Pero no. Piglia resistió la tentación. Dicen que eso es una virtud.

Como ensayista, Ricardito es excelente. No bardeen, loco.

¿Leyeron la nueva de Pablo Ramos?

La podredumbre dorada dijo...

De Ramos sólo leí las primeras veinte páginas de La ley de la ferocidad en una librería, y no me interesó mucho. Voy a pegarle una mirada a la ultima, cortesía de Yenny o de alguno de esos mastodontes que ahora tienen a bien acercarle a sus clientes sillas para fomentar la lectura. Recuerdo cuando tenía unos veinte años, en la Yenny que estaba en Rivadavia y Medrano (creo que era la Yenny original) estuve leyendo unos diez minutos seguidos el mismo libro y uno de los dueños se me acercó y me dijo “nene, si lo querés leer entero tenés que comprarlo” ¿Acaso la corporatocracia vendrá no sólo a eliminar la competencia perfecta de Smith sino también a democratizar la cultura? Mulder, usted que hurga en la verdad ahí afuera, averígüeme la cuestión!

mulder dijo...

Necro. La ley de la ferocidad y El origen de la tristeza son las grandes novelas argentinas de este siglo. Te lo digo así, sic sic, total es gratis. Haceme caso, hombre, buscate El origen de la tristeza: su protagonista es memorable y tiene voz, no como esos pelotudos que la siguen con la X y llaman actantes a los malditos personajes. Dale, no te hagas el duro. Yo sé que Necro también llora. Abrazo.

La podredumbre dorada dijo...

Epa, Mulder, usted no se anda con chiquitas a la hora de apostar por un autor. Tomo nota y después le cuento. Le envío un abrazo, tan sentimental como el que más!